Antes de expansión de la fibra Óptica, los sistemas de Microondas formaron durante varios años el corazón de los sistemas de transmisión telefónica de larga distancia.
Actualmente los usos son muy diversos, desde transmitir datos de procesos industriales a centros de control, llevar internet a zonas geográficamente aisladas, interconectar redes locales, y un largo etc, etc.
Las comunicaciones por microondas son relativamente baratas. Colocar dos torres sencillas y poner antenas en cada una es más económico que enterrar 50 kilómetros de fibra óptica a través de una área urbana congestionada o sobre una montaña aislada.
Los alcances que pueden ir de escasos metros, hasta 200 km con línea de vista clara. También es posible enlaces sin línea de vista en cortas distancias (hasta 10 km) y enlaces con línea de vista parcialmente obstruida (hasta 40 km). Velocidades de hasta 300 Mbps en bandas no licenciadas como 2.4 GHz y 5.8 GHz, y velocidades de más de 700 Mbps en bandas licenciadas como 2.5 GHz, 4.5 GHz, 4.9GHz y de 6 GHz a 26 GHz, entre otras bandas.
Existen múltiples fabricantes, que dan soluciones a este tipo de comunicaciones.
Hoy vamos a ver cuanto de inseguras pueden ser estas comunicaciones no por el sistema en sí, si no por lo que pasa casi siempre, configuraciones relajadas por parte de los administradores/instaladores de estos sistemas.
Como el objetivo no es otro que demostrar que estos sistemas también poseen problemas de seguridad como todos los demás, no vamos a facilitar detalles de los sistemas que hemos analizado, para evitar que puedan ser comprometidos y permitiesen dejar sin servicio a algunos procesos industriales, o simplemente sin Internet a varios cientos de personas.
El esquema básico del montaje que vamos a examinar es el siguiente:
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